jueves, 18 de agosto de 2011

El campeón de marinera: una droga perfecta

Por: Grecia Geraldinne Martel Carranza / Pucallpa

Suelo criticar las obras que he leído con comentarios directos, cuando no son de mi agrado. Leí a Vargas Llosa un par de veces y dije: “no me gusta y realmente no sé por qué tanta cosa con este tío”. Ganó el premio Nobel y aún sigo pensando lo mismo. 

Leer para mí es vivir otra vida y por un instante sentir que todo desaparece; pero si el autor no genera a través de sus escritos la confianza para meterme en la piel de los personajes, simplemente termino el libro porque el bicho de lector me pica. 

Con Ricardo Virhuez y su obra El campeón de marinera volví nuevamente a sentir esa necesidad de leer. Porque leer es un vicio y El campeón de marinera, en este caso, se vuelve la droga perfecta. Cuando en la universidad nos dijeron que íbamos a leer este libro, pensé en leerlo como si leyera el periódico, mas al empezar y descubrir la fusión de frescura y entretenimiento, suspenso y emoción,  realismo y sentimentalismo, descubrí que no era una obra para ser leída una sola vez. 

Me sentí identificada. 

Benito el personaje principal ciertamente da la impresión de ser “lento”, pero es la dedicación, el esfuerzo y la entrega  que muestra antes y durante el concurso lo que lo vuelve interesante. Jimena es sin lugar a dudas el tipo de mujer moderna que deberíamos ser, pues dejar que abusen de nosotras no es una opción. Durante mucho tiempo la mujer ha sido considerada el sexo débil, pero Virhuez nos muestra una chica capaz y decidida, pero que como toda mujer también cede y se deja llevar por sus pasiones. Mencionar a los demás personajes sería  solo hacer un recuento del libro, incursionar por desvíos y aventuras, decisiones y muerte. 

El final me trajo a la mente a Hemingway y Luis Leante, pues es un final que a muchos no convence; pero lo queramos o no es el mejor que se pudo haber propuesto, pues da como esperanza tal vez una segunda parte del libro. Quizás  algunos piensen que hubiese sido mejor que Benito y Jimena siguiesen con la relación, pero a fin de cuentas recordemos lo que pasó con Megan. Además, ambos habían vivido un desafío y era mejor alejarse para así descubrir si lo que surgió era o no algo real. 

Y es verdad que muchas veces al estar lejos de nuestra patria, la extrañamos, no importa cuánto tiempo pase, siempre vivirá en nosotros esa añoranza por la tierra que nos vio nacer, Cómo olvidar la comida, la música, el paisaje, el color, y con esta obra Virhuez, pienso yo, nos invita a amar más lo nuestro y a sentirnos orgullosos de decir: Soy peruano.

1 comentario:

  1. Una buena observacion respecto a la lectura; Felicidades da placer conocer a personas que gustan de la lectura, aun en estos tiempos.
    Saludos cordiales

    ResponderEliminar